Legal Design y la Justicia Digital

Legal Design y la Justicia Digital

Legal Design y la Justicia Digital

Investigación a través del Diseño, sandbox para la justicia, legal design. Modelos frescos para revolucionar la justicia.

Escrito por José Fernando Torres, Ex fellow del Legal Desing Lab de la Universidad de Stanford y Socio de Lexia Abogados.

Estamos ante una oportunidad histórica para transformar la justicia en Colombia. La crisis que ha generado el covid-19 ha tenido algunos aspectos positivos y, como en todas las crisis, tenemos que aprender a ver las oportunidades.

El covid-19 nos mostró que las ramas del Poder Público, las universidades y muchas empresas pueden trabajar de forma virtual. Todas ellas están acelerando su transformación digital y están trabajando para usar la tecnología para ser más eficientes, para proveer nuevos productos y servicios e inventar nuevas formas de clase. Las empresas se están reinventando, aprovechando el comercio electrónico, las aplicaciones y entrenar a sus equipos en mercadeo digital. En fin, todo el mundo se está reinventado y esta también es la mejor oportunidad para reinventar la justicia.

Es el momento para que seamos ambiciosos como país y vayamos mucho más allá de las discusiones sobre la implementación del expediente digital. Debemos cambiar las preguntas que nos hacemos para llegar a soluciones mucho más creativas, soluciones que puedan explotar lo mejor que nos ofrece el mundo de la ingeniería, el diseño, la tecnología y las políticas públicas.

Copiar el mundo viejo al mundo nuevo cuando nacen nuevas tecnologías es un error común. Cuando nació la radio, mientras se entendían las posibilidades del nuevo medio, lo que se hacía era leer el periódico impreso (mundo viejo) en la radio (mundo nuevo). Cuando nació la televisión, los primeros programas fueron la réplica de los programas de radio (mundo viejo) en televisión (mundo nuevo). En justicia estamos tratando de hacer lo mismo. Replicar el expediente actual (mundo viejo) para hacerlo en línea (mundo nuevo).

Algunos ejemplos


Hay una mejor forma de las cosas. Ya existen varios ejemplos que nos sirven para inspirarnos e imaginarnos cómo podría ser una justicia moderna, incluyente y cercana al ciudadano. Por ejemplo, eBay (una empresa de EE UU de comercio electrónico) desarrolló el sistema de solución de diferencias en línea llamado Modria, que resolvía en su momento más de 40 millones de pleitos entre consumidores, sin la necesidad de que intervinieran abogados en el proceso. Les cuento la historia de Modria.

eBay es una plataforma de comercio electrónico que permite a los compradores (personas naturales) comprarles directamente a otros vendedores (también personas naturales). eBay conecta a ambas partes, no vende bienes directamente. En 1999, eBay le pidió a un grupo de investigadores que exploraran si sería posible resolver por internet las disputas entre compradores y vendedores. eBay buscaba resolver un dolor puntual de sus clientes: reducir el riesgo de las transacciones electrónicas en su plataforma y evitar el disgusto de sus usuarios, si tenían problemas al comprar en línea.

Para compradores y vendedores, saber que los problemas entre ellos podían ser resueltos era fundamental para generar confianza en que la gente podía usar la plataforma con seguridad. El grupo de investigadores creó un prototipo tecnológico para realizar mediación en línea para resolver problemas entre compradores y vendedores. A manera de experimento, el prototipo se puso en práctica por un periodo de dos semanas. Fue un éxito: logró mediar exitosamente 200 pleitos en esas dos semanas.

El éxito del prototipo llevó a eBay a diseñar un sistema que pudiera resolver todas las disputas entre compradores y vendedores en línea. Esto implicaba crear un sistema que resolviera millones de disputas, algo que no es posible hacer con personas y correo electrónico.
¿Cómo diseñaron el sistema? El equipo partió de premisas muy distintas a las tradicionales. La primera premisa era que las disputas no podían ser manejadas cara a cara (ni por videoconferencia) dado su volumen. Otra premisa era que el entorno digital es muy distinto al entorno físico. Las cosas no solo debían hacerse mejor, había que hacerlas diferente.

El equipo empezó por examinar el proceso de mediación tradicional. Luego, rediseñó todo el proceso teniendo en cuenta qué cosas podían hacerse con software cuáles no. Evitaron cometer un error común cuando las organizaciones hacen la transición del mundo físico al mundo digital. El equipo no trató de ofrecer un mecanismo de mediación digital igual al proceso que hace de forma presencial, sino que rediseñó todo el sistema y la experiencia de los usuarios para que fuera un sistema nativo digital; un sistema diseñado para aprovechar lo mejor de la tecnología para solucionar los problemas de las personas.

Esta nueva forma de pensar los sistemas de justicia está siendo usada por varios países para hacer innovaciones reales en la justicia. Por ejemplo, la provincia de British Columbia, en Canadá, diseñó un sistema de justicia para resolver pleitos de familia, todo por internet. La novedad está en que se diseñó el sistema para que las personas no necesitaran abogados. ¿Por qué diseñar un sistema que no necesite la intervención de abogados? Porque en la práctica, el 90 % de las personas que acudían a los juzgados para resolver problemas de familia iban sin abogados. Las personas no podían acudir a abogados por costos (el grueso de los casos), o porque no conseguían quién los representara adecuadamente.

Singapur ha hecho ejercicios similares para la transformación de su sistema judicial. Recientemente, diseñaron un nuevo sistema para resolver pleitos de bajo monto que usaba la tecnología para acabar con normas procesales que llevaban mucho tiempo en los libros y que no tienen sentido en esta era digital. Una de esas instituciones procesales era la inadmisión de la demanda. ¿Cómo acabaron con esta figura? Crearon un formulario digital que llenan las personas al presentar la demanda y corrige automáticamente los errores. ¿El resultado? No volvió a inadmitirse una demanda por errores de forma y eliminaron esa norma del código por obsoleta.

Nuevos principios
Estos dos ejemplos nos muestran que con creatividad y tecnología se puede ir mucho más allá que un expediente electrónico. Podemos inventarnos nuevas formas de servicios para ciudadanos, juzgados virtuales totalmente digitales, crear servicios de justicia en los puntos Vive Digital del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, usar los datos de la justicia para crear políticas públicas que eviten pleitos, justicia rápida para emprendimientos, entre otras. Podemos hacer muchas cosas nuevas. Por esto, necesitamos nuevos principios que guíen la próxima reforma. Propongo los siguientes:

(i) Visión. Llevamos muchos años hablando del expediente digital. Con la tecnología actual podemos hacer cosas mucho más avanzadas. La pregunta no es ¿cómo implementamos el expediente digital?, sino, dado que podemos inventarnos lo que queramos, ¿qué nos vamos a inventar?

(ii) Nuevos liderazgos. Las reformas a la justicia las han hecho abogados pensando en los abogados. Necesitamos abrir la conversación para incluir diseñadores e ingenieros de sistemas expertos en crear software. También tenemos que incluir abogados, pero estos deben tener competencias digitales.

(iii) Trabajar en intersecciones. El equipo que lidere la transformación tiene que estar compuesto por diseñadores, expertos reales en tecnología (arquitectura de TI, inteligencia artificial, etc.,), expertos en gerencia de procesos legales (el equivalente a gerencia de procesos en ingeniería industrial y distinto a expertos en derecho procesal). Tenemos que trabajar en la intersección de varias disciplinas.

(iv) Involucrar a los usuarios: Debemos involucrar a los usuarios de los servicios de justicia (las personas), pues la justicia es para ellos.

(v) Arenera para prototipar nuevos servicios de justicia. La Superintendencia Financiera y la Comisión de Regulación de Comunicaciones han desarrollado ambientes de experimentación regulatoria y tecnológica llamadas “areneras” o sandbox en inglés. La idea de estos espacios es hacer experimentos sin riesgos. Necesitamos una arenera para la justicia, con el fin de probar sistemas, crear prototipos tecnológicos, hacer simulaciones y muchas otras cosas. En la arenera también podrían hacerse hackathones, experimentos de innovación abierta, podemos usar todo el arsenal de los ecosistemas de emprendimiento para hacer innovación.

(vi) Humildad. La profesión legal tiene que ser humilde y aceptar que, para realizar una verdadera transformación digital, necesitamos dejarnos guiar de otras profesiones. Así es, que sean otras profesiones las que tal vez lideren el proceso. El libro El ego es el enemigo de Ryan Holiday debería ser lectura obligatoria para todos los participantes en este proceso.

Estamos en el mejor momento de la historia para lograr esta transformación. Estamos viendo todos los días cómo el país entero se está transformando. Unámonos todos y transformemos la justicia. Es hora de impulsar una nueva justicia, una justicia para la economía naranja. Es hora de la justicia naranja: fresca, creativa y moderna.

SOBRE EL AUTOR

Jose Torres Varela

@josetorres

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